Lo primero que se ve en la marcha por las diversidades sexuales que está por partir de la Manzana Uno a la Plaza del estudiante es una cruz y en ella está prendido un letrero que dice: En memoria de los crímenes de odio. La cruz es portada por M. A., referente de la población trans en Santa Cruz. “Estoy de luto”, dice, por todas las muertes que han ocurrido en los últimos cinco años. “En ese periodo ya van 52 asesinatos impulsados por la homofobia”, explica y detalla. A una compañera la degollaron en un karaoke, otra fue estrangulada con un cinturón, a otra con una peluca y hay una desaparecida desde hace cinco años. Pero a pesar de la cruz y del luto, la marcha por el orgullo gay se convierte en una fiesta por la defensa de los derechos de la población de lesbianas, gais, bisexuales, trans e intersexuales (Lgbti). Truenan los tambores y las melenas rubias y azabaches flamean al viento y alguien con biquini o con vestido de fiesta camina con algarabía. Ríen, cantan y los letreros hablan por una comunidad que necesita decir un montón de cosas, decir, por ejemplo:?“Me cubro el rostro por miedo al rechazo, Yo también soy hijo de Dios” y en la polera de una mujer está escrito: “Tengo novia”. A los costados de las calles, un público que aplaudía, que miraba atento y que se movía al ritmo de los tambores y de las canciones que salían de los parlantes y que transformaron el centro de la ciudad en una marcha alegre y colorida por el orgullo de las diversidades sexuales.
Fuente: El Deber |